Un interrogante constante: cómo afecta en la vida íntima, en la personalidad del individuo, en la mía (sin ir más lejos), el mal funcionamiento de un estado. No sé por qué tengo que ser tan pesimista, por ejemplo. No sé por qué tengo que pensar que todo es una mierda cuando lo que es realmente una mierda es esta región en la que he nacido y este país en el que vivo. Cuando viajo a Londres, por ejemplo (aunque no salgo del centro, también es cierto), se me cae la baba de envidia: todo parece hecho en beneficio del ciudadano, todo a favor. Por qué aquí hasta trabajar bien tiene que puntuar negativo. Estamos tan enfangados que es difícil dar un paso adelante. Aquí, en nuestros mejores años, prima resistir, aguantar, no avanzar. Qué pena...
Ejemplo gráfico de lo que digo: frontera España / Francia por el Baztán navarro. Al lado español, cunetas que parecen cicatrices de hormigón, viviendas machacadas, carreteras lastimosas... Al lado francés, la maravilla. Lo mismo / los mismos a un lado y otro y resultados tan diferentes. La influencia de un estado enfermo (España) y sano (Francia) es palpable.
Camiento qu´el pesimismu social-pulíticu es otru trique del sistema pa que no mos meneemos e inguisar el individualismu. Si está enfermu tendremos de buscar (ajuntaos sedría mijor) daque melecina que li cure. Soy tan pesimista que li di la güelta entera y me jice optimista.
Pues no sé, Serrón: no he viajado tanto como tú, pero en las comparaciones de los viajes unas veces ganan ellos y otras nosotros. Y también en ciertos aspectos sociales, etc.
Yo creo que tenemos un cierto pesimismo endémico, a veces justificado, que muchas veces no nos deja ver las partes buenas.
Pero bueno, ya sabes tú que yo he querido desertar varias veces. Y encima te iba a poner como ejemplo de algunos detalles negativos la ciudad a la que me iré a vivir cuando me toque la primitiva, así que mejor lo dejo.
Por poner un ejemplo, la creación de ghettos de inmigrantes absolutamente degradados y que sólo sirven para perpetuar la exclusión social en partes de Gran Bretaña y sobre todo Francia tampoco son cuestión de percepción.
Pues te advierto que la humanidad que aparece en algunos anuncios de coca cola me parece bastante más presentable que la de verdad ;)
ResponderEliminarY sabes, el "para todos" ...
Un interrogante constante: cómo afecta en la vida íntima, en la personalidad del individuo, en la mía (sin ir más lejos), el mal funcionamiento de un estado. No sé por qué tengo que ser tan pesimista, por ejemplo. No sé por qué tengo que pensar que todo es una mierda cuando lo que es realmente una mierda es esta región en la que he nacido y este país en el que vivo. Cuando viajo a Londres, por ejemplo (aunque no salgo del centro, también es cierto), se me cae la baba de envidia: todo parece hecho en beneficio del ciudadano, todo a favor. Por qué aquí hasta trabajar bien tiene que puntuar negativo. Estamos tan enfangados que es difícil dar un paso adelante. Aquí, en nuestros mejores años, prima resistir, aguantar, no avanzar. Qué pena...
ResponderEliminarEjemplo gráfico de lo que digo: frontera España / Francia por el Baztán navarro. Al lado español, cunetas que parecen cicatrices de hormigón, viviendas machacadas, carreteras lastimosas... Al lado francés, la maravilla. Lo mismo / los mismos a un lado y otro y resultados tan diferentes. La influencia de un estado enfermo (España) y sano (Francia) es palpable.
Qué pena de país. Qué pobres de nós.
Camiento qu´el pesimismu social-pulíticu es otru trique del sistema pa que no mos meneemos e inguisar el individualismu. Si está enfermu tendremos de buscar (ajuntaos sedría mijor) daque melecina que li cure.
ResponderEliminarSoy tan pesimista que li di la güelta entera y me jice optimista.
Pues no sé, Serrón: no he viajado tanto como tú, pero en las comparaciones de los viajes unas veces ganan ellos y otras nosotros. Y también en ciertos aspectos sociales, etc.
ResponderEliminarYo creo que tenemos un cierto pesimismo endémico, a veces justificado, que muchas veces no nos deja ver las partes buenas.
Pero bueno, ya sabes tú que yo he querido desertar varias veces. Y encima te iba a poner como ejemplo de algunos detalles negativos la ciudad a la que me iré a vivir cuando me toque la primitiva, así que mejor lo dejo.
Un saluduco.
El paru masivu d´España (pinto´l casu), creíme, nu es una custión de percepción.
ResponderEliminarPor poner un ejemplo, la creación de ghettos de inmigrantes absolutamente degradados y que sólo sirven para perpetuar la exclusión social en partes de Gran Bretaña y sobre todo Francia tampoco son cuestión de percepción.
ResponderEliminarSupiéndolo, m´alcuentro más tranquilu.
ResponderEliminar