martes, 7 de septiembre de 2010

De mientras

Llegando a la parada de bus de Puerto Chico veo a una jardinera cuidando de unas flores, una jardinera con coleta larga y rubia, como una cerveza bien tirada, y pienso las veces que ha tenido que escuchar que ella entre las más bonitas, y entonces recuerdo que había apuntado en la libreta "el jardín" y cuando me siento en la parada la abro por si recuerdo porqué y sí, lo hice cuando bajaba por la alameda y ví a los dos obreros regando cemento, los dos obreros del anterior post del blog, y en ese preciso momento una mujer, al verme pensativo sobre una libreta, me pregunta que si soy poeta a lo que respondo que no, ella se disculpa y me dice pensé que lo eras, perdón (dos veces) me he debido equivocar, y miro hacia otro lado por vergüenza ajena y, para qué engañarnos, para no mirarme la bragueta, por aquello de la rima, y veo que un chico que bordea la parada en bicicleta está a punto de atropellar a una chica que estaba mirando (también ella, como el chico de la bici, intuyo, y como yo mismo hace unos momentos) cómo la jardinera rubia cuida de las flores.

Tomo el boli y apunto el post anterior, el de los dos obreros, por si se me olvida, mientras pienso cuánto más interesante es la vida que se vive a la que se escribe.

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