El gatu está aparáu, asechando la sombra de un ispíritu, cudamos.
El gatu da un blincu y caza una mosca.
No la comi, sino que mola pon a Raque y a mí a los pies, ofreciéndomola cumo daque manjar.
No, definitivamente no son tiempos ispirituales, los nuestros.
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