Bía genti dentru. Morrinaba. Una chica y yo esperando baju l´aler, los dos con edá apaicía, alreor de los trenta y cincu. Llegó sú turnu. Al salir aguantó la puerta, pero mantuvo los ojos gachos.
Olvidó el recibu
en el cajeru.
Bía sacáu venti euros
y quedábanli cincu con ventidós céntimos.
Si hubiera sido un chico te diria que me devolvieras mi recibo.
ResponderEliminarPor cierto, te libras de no ser un gato, cotilla.