sábado, 8 de diciembre de 2012

La lera

Recuerdo haber dado un único paseo a solas con mi abuela bastiana, mi abuela materna. Fue por la lera del Saja. Hace unos años se abrió una senda entre Sopeña de Cabuérniga y Terán a orillas del río. Pronto la lera se vio ocupada por prados. La lera desapareció. Sin lera, las crecidas del río se llevaban por delante los prados, poniendo incluso en riesgo a los pueblos. Tan es así, que este verano se encauzó el río. Lo ví el otro día: un auténtico desastre.

Yo estaba en el equipo que parió la senda. La bautizamos como "Senda de la ribera del Saja". Yo, que soy muy guay, insistí mucho en llamarla "de la lera del Saja". No llegué a ver más allá.

En aquel paseo con mi abuela bastiana recuerdo que me enseñó cuáles eran las mejores hojas para limpiarse el culo. Sabe Dios por qué. Premonición, quizá.

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