Hace tiempo discutimos en este mismo blog sobre el verdadero alcance del verbo "parlar". Yo defendí que no se podía traducir como "hablar", sino que se debía emplear con el mismo significado que en castellano. He dado con un libro interesante, La campana muda: Cuentos de la tierruca, de Larrubiera, a caballo de los siglos XIX y XX, con un único ejemplar conocido en la BCC (Santander). Este libro me hace dudar. Copio de la p. 53:
"- (...) Lo que hace don Gildo, es parlarme.
- Y tú, ¿pa qué le ascuchas?
- ¡Otra! ¿Voy a meterme panojas en las orejas pa no oírle?
- ¿Y de qué te parla?
- ¡De la mar y de sus barcas!
- No lo eches a groma, mujer, que te parlo serio (...) y quiero (...) que se me parle claro, y se me quite el ajuego que tengo aquí aentro esta noche.
- Y a parlarte voy pa que no t´ajuegues."
Pero también puede ser que este escritor no lo tuviera tampoco claro.
ResponderEliminarTienes toda la razón.
ResponderEliminarL'utru día en metá Hazas, otra aspiración: "juera"; y formas verbalis del plural acabáu en -e, sin el hablanti cierrá-las -ais finalis de las palabras. Peru anque la mí güela dicía muchu lu de "parlar", mi es mui dificilísimu sintí-lu hui día. Cumu curiosidá, haci añus, nun sitiu undi istuvi trabajandu, había una compañera que tinía familia lebaniegu, creu qué, q'en tal de dicir el típicu "qué diceeesss" santanderinu con deji cantarín pejinu, dicía "qué parlaaaaassss"
ResponderEliminarPaulu