jueves, 21 de febrero de 2013

Traje regional

Nuestro traje regional se inspira en la forma de vestir de las clases populares de finales del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Es una idealización burguesa centrada en el mundo campesino. Las primeras fotos que tenemos son de la segunda mitad del siglo XIX. Son las mujeres de la burguesía rampante, y los niños, quienes comienzan a vestirlo en fechas señaladas. Se puso de moda precisamente cuando la indumentaria tradicional comenzaba a desaparecer. De lo exótico foráneo a lo propio exótico.

También tenemos fotos de mujeres vistiendo al estilo antiguo, es decir, al estilo que daba continuidad a los patrones anteriores. Son las menos. Una manera de diferenciar unas de otras es el pelo: las mujeres vestidas al estilo antiguo se cubren el pelo y las mujeres que visten trajes reinterpretados, no.

El traje regional comienza a fijarse con el apogeo de los grupos folklóricos de los años veinte del pasado siglo. En Cantabria Manuel Llano andaba por ahí rondando. Aparecen los trajes de montañesa, de pasiega, etc. Se universaliza su uso. Ya no es solo un pasatiempo de las clases pudientes (en el armario, el traje regional al lado de otro de mora melosa). La indumentaria antigua es residual: nadie toma el relevo (bueno, recuerdo a mi buen amigo Veceru con su primer traje, recién licenciado, de pana prietu, dando el cante :).

Tras la Guerra Civil el Estado asume la promoción del "folklore" a través de la Sección Femenina de la Falange y la Obra Sindical Educación y Descanso del Ministerio de Trabajo. Se uniformiza el traje regional: el patrón es el mismo para todos. Nace el traje regional típico de los sesenta y setenta, el que aparece en tanta postal pinturera: paisanos en el faro de Cabo Mayor, en el Puente del Diablo (alias Joráo), en Carmona, etc.

En la actualidad se está volviendo la mirada a las fotos de paisanas ajenas a la influencia de exotismos burgueses. La fotografía juega un papel importante. Fotografías que no están sistematizadas en ningún sitio; lástima. Poco tienen que ver los trajes de la asociación de trajes La Tierruca, por ejemplo, con sus predecesores.

Pero, apurando, lo mismo responden a su contexto unos que otros. El traje de Falange es el que cabía esperar, lo mismo que el actual es el que cabe esperar a día de hoy. Ninguno se puede arrogar el título de "auténtico". ¿Por qué? Pues porque el traje regional no existe, es una reconstrucción, y como tal, responde a parámetros que son más del presente que del pasado. El actual traje regional es, pues eso, actual. No puede ser de otra manera. Y está bien que sea así.


Que conste que estas ideas surgen a raíz de una conversación mantenida con Raquel tras la visita que hicimos juntos a una exposición sobre traje regional en Gijón.

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