Foto de varal o pértiga en el correor de una casa de Puentenansa. Estaban siempre sujetos al techo. Servían para tender la ropa. Eran habituales en los cuartos, para colgar la ropa del día a día y no cargar los arcones con ropa que podía ser de mucho bulto. El poderío de una casa se dejaba notar en el tamaño de sus varales o pértigas; si éstos aumentaban de tamaño, era señal inequívoca de progreso.
"Paula tenía siempre colgados en la vara, sobre la cama, un jubón de cúbica negra, una saya de estameña del Carmen con randa de panilla, y un pañuelo de espumilla para los días de fiesta. Blas, por su parte, nunca estaba sin unos calzones y una chaqueta de paño fino, y un sombrero serrano para las grandes solemnidades". (Para ser un buen arriero. José María de Pereda, 1900).
No hay comentarios:
Publicar un comentario