Hace unos días tuvimos la oportunidad de entrar en un caserío cántabro-vizcaíno de Guriezo. Se trata de uno de los ejemplares más antiguos del valle. No sabíamos lo que nos esperaba dentro. No creáis que sabemos lo que vimos. El dueño, que nos acompañó, tampoco sabe cómo explicar la casa, cuál es su lógica interna: es una lógica extinta.
Es una casa divida en dos, derecha e izquierda, por un muro enorme. La parte izquierda se divide en tres niveles (entre ellos el dedicado, creo, a vivienda) y la parte derecha en dos (cuadra en el cero y pajar los otros dos). Ambas partes están conectadas por una especie de respiraderos que rematan este muro transversal interior.
En el nivel cero el muro es muy recio. A partir del nivel 1 el muro es más liviano. A continuación, fotos del muro tomadas desde el nivel uno derecho, es decir, desde la base del pajar:
A destacar el uso de escorias de ferrería. El uso de escorias como material constructivo no se había documentado en Cantabria hasta ahora. Fotos de la fachada (que se ve mejor):
Todo lo que rojea son escorias.
No sabemos qué precedentes tendrá este muro, qué filiación, ni qué soluciones se han podido derivar de él. Pero es impresionante.
Lástima que no se rehabiliten y se pongan en valor estos edificios que se eliminan o dejan caer por toda nuestra geografía.
ResponderEliminarUn buen ejemplo a seguir podría ser la acometida de restauración que se hizo en caserío Igartubeiti, en el vecino País Vasco:
http://www.igartubeitibaserria.net/museo/el-caserio/caserio/#desv-n
Apa.
Es un muro cortafuegos que separa la vivienda de las cuadras.
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