La responsable del "Storefront for Art and Architecture" de Nueva York, que es española, tiene un secreto que compartir: "los sótanos increíbles de algunos rascacielos de Nueva York, donde uno se encuentra con la roca-base de Manhattan, atravesada por riachuelos que recuerdan que en ese espacio de encuentro entre el edificio y la roca está la fragilidad, sensualidad y brutalidad de la ciudad que nunca duerme; ni la ciudad, ni sus ríos”.
El río Becedo (o Becéu) que se desborda dentro del túnel de la calle Burgos. El río sin nombre que baja bajo Menéndez Pelayo que se escucha posando la oreja en las paredes de los garajes del último tramo de la calle del Sol. El río que está haciendo desplazarse los pilares de las casas más altas del Río de la Pila. El río que se escucha correr bajo las escaleras de la calle Los Aguayos.
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