domingo, 1 de diciembre de 2013

Dando vueltas en torno al caminar

Se dice que a un paisano se le reconoce en la ciudad porque al andar levanta mucho los pies. Con este gesto se pretende evitar mojarse los pies cuando se camina "campo a través" (pongo esta expresión entre comillas porque dudo si hacer uso de un paso en una mies, por ejemplo, es ir campo a través o no).

No sé de qué forma ha podido afectar a los andares el llevar abarcas o escarpines. Sí sé que en mi familia hay muchos que caminan con las rodillas poco flexionadas por estar acostumbrados a las cuestas, y que yo mismo camino así, a pesar de no estar tan acostumbrado a ellas.

No sé si antes de que se impusiera el estilo marcial por influencia de un ejército omnipresente con el triunfo de los estados-nación hace un par de siglos (izquierda, izquierda, izquierda, derecha, izquierda) aquí se caminaba de alguna otra manera, o con algún "acento" condicionado por, lo dicho, el uso de abarcas (con las piernas arqueadas, levantado mucho los pies, etc.), de escarpines (quizá deslizando los pies como quien aprovecha para pulir un poco más las tablas ya de por sí repulidas del suelo de la casa, que no se podía pisar calzado con nada que no fueran escarpines), por las cuestas, por los caminos encachados, etc. O por llevar palo, que de alguna manera tiene que condicionar, obligadamente, los andares o el movimiento de los brazos al compás.

Burabura es una palabra onomatopéyica japonesa que quiere decir caminar de forma despreocupada: arrastrando los pies, con pasos irregulares que sugieren una actitud relajada. Una variante es el gin-bura, que recibe su nombre del barrio de Ginza, literalmente, "lugar de plata", cuya actividad comercial se remonta al siglo XVII, es decir, se trataría de un andar propio para ir de tiendas.

¿Las cambalúas o paseos sin rumbo fijo, el cambalear de los montañeses, darán lugar a un tipo de andar característico?

Cuántas dudas.

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