viernes, 10 de enero de 2014

Erre que erre

Hace tiempo asistí a una charla en el Museo de Bellas Artes de Santander, que ahora se llama MAS, sobre no recuerdo qué tema y en el coloquio posterior alguien preguntó por la biblioteca del museo, que dónde está. Yo la he podido ver: tiene bastante fondo, pero es un auténtico desastre. Está cerrada al público. Salió en defensa del director en funciones del museo una chica que trabaja en la Fundación Botín. Dijo que para qué quería el museo (léase la ciudad, es decir, léase los ciudadanos) una biblioteca de arte si ya estaba la de la Fundación Botín.

Resulta que la biblioteca de la Fundación Botín ha dejado de ser una prioridad para sus directivos. Abre apenas una hora al día y por las mañanas. Los ciudadanos no tenemos nada que reclamar a nadie.

Primero, mal nosotros, que no somos capaces de cubrir nuestras propias necesidades. Segundo, mal porque creemos que es suficiente con la iniciativa privada. Tercero, mal porque creemos que la iniciativa privada va a pensar en los intereses de los ciudadanos, cuando no es así. Cuarto, fatal porque si dejamos que la iniciativa privada cubra necesidades públicas tendríamos que regular esta suplantación para que dejara de serlo. Que el dinero privado venga en apoyo de iniciativas públicas bien está, pero siempre que con ello no cambie de manos la batuta, que siempre ha de quedar en manos públicas.

Otro ejemplo: hace unos años la Fundación Botín creó un centro de documentación musical de Cantabria. Compraron un montón de fondos la mar de interesantes, entre ellos el archivo de Sixto Córdova y Oña. Yo mismo estuve a punto de donar las partituras de mi abuelo, que era músico y uno de los primeros jazzman de España. Un buen día se llevaron los fondos a Madrid y en diciembre del año pasado cerraron el centro. La prensa apenas se hizo eco. Compárese con el centro de documentación musical de Andalucía, público.

Otro más: la web semántica o 3.0 del patrimonio cultural de Cantabria. Cerrada en diciembre de 2013. ¿Y qué pasa en el Nansa? Me parece a mí que el proyecto del Nansa está a punto de irse a pique también.

Todos los proyectos que no sean Centro Botín están condenados. Nada que hacer ni qué reclamar a nadie. Son proyectos privados, pueden hacer lo que quieran sin pensar en nada que no sean sus intereses de empresa. El día que el Centro Botín deje de serles beneficioso, dad por seguro que también lo abandonarán de forma más o menos encubierta, o nos lo venderán. Por lo pronto, ya han abandonado la biblioteca de arte, el centro de documentación musical de Cantabria, la web semántica del patrimonio cultural de Cantabria y en breve, me temo, el proyecto Nansa Emprende. Pueden hacerlo. Es más, lo están haciendo.

Pero es que la semillita "del mal" ya está sembrada hace tiempo: ¿Por qué creemos que este señor nos tiene que sacar las castañas del fuego? Centro de documentación musical de Cantabria, biblioteca de arte, etc., ¿por qué han de ser responsabilidad de Botín? Si nos dejamos caer tenemos que saber que estamos sujetos a sus intereses empresariales, que hoy son unos y mañana otros.

Si nos dejamos ya sabemos lo que va a pasar. Lo estamos viendo, y aún así, erre que erre.

3 comentarios:

  1. Un análisis muy acertado de la situación. Pero la absoluta y absolutista mayoria de los súbditos se enorgullecen de ella, igual que la mayoría de los llamados 'agentes culturales', y también los económicos y sociales. Debe de ser la idiosincrasia.

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  2. Leo y enlazo esta entrada siete años después: la biblioteca del MAS ha ardido todavía no sabemos muy bien por qué. Y el responsable del MAS diciendo que apenas ha ardido nada, la biblioteca y poco más.

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