Ayer estaba en la Biblioteca Central de Cantabria, esa biblioteca que nunca dejará de ser de barrio a pesar de sus techos altos (y espacios mal iluminados), biblioteca que parecía inviable con menos de 4 millones de euros al año hasta que Marcano y sus chicas dejaron de ir por allí (Marcano sigue dejándose ver de vez en cuando por el Parlamento y, muy a su pesar, también por los Juzgados), ayer estaba en la Biblioteca Central, decía, cuando entró una pareja de sordomudos inmersos en una conversación de lo más entretenida, al parecer, porque no paraban de hacer gestos. Ni un solo ruido. Eso sí, la chica arrastraba muchísimo los pies al caminar. No sé si era consciente de ello o no (quiero creer que no). Pero, en cualquier caso, era un escándalo.
Sólo un par de precisiones. A los sordos no les gusta que les llamen sordomudos. No son mudos, ni en el sentido físico ni en el figurado. Si la chica hacía ruido, alguien debería habérselo indicado, igual que cuando cualquiera molesta en una biblioteca. Con señalarle los pies, hacer un gesto de fricción con las manos y tocarse el oído, o cualquier otra mímica similar, hubiera sido suficiente. A los sordos no les gusta hacer ruido. Y están muy acostumbrados a interpretar los gestos de los oyentes. Y también saben leer.
ResponderEliminarHola. No sé la verdad si eran sordos (se hacían gestos porque no se oían) o mudos (se hacían gestos porque no podían articular sonidos). Me llamó la atención el contraste de una pareja metida en una conversación muy animada, pero una conversación llevada en silencio, y el ruido que hacía ella al caminar. Literalmente, no hay nada más. Luego está, claro, el sentido que tiene el texto entre líneas, pero éste no afecta ni a sordos ni a mudos ni a sordomudos ni a nadie que no lo entienda (quien no lo entienda es porque no va con él, no porque no sea capaz). Saludos.
ResponderEliminarEn realidad, lo que más llamó mi atención fue la última palabra del post: ”escándalo”.
ResponderEliminarLo imaginaba. Con esa palabra trato de enlazar la primera parte de la entrada (Marcano & Co.) con la segunda (conversación en silencio). Es la clave de la lectura entre líneas que comentaba antes. Los que mantenían la conversación creían que era en silencio, pero no era así; sus pasos les delataban. Tampoco hay que darle muchas más vueltas.
ResponderEliminarReleído, no estoy del todo de acuerdo conmigo mismo: en su momento no llegué a entender que las personas que yo decía que eran mudas en realidad no lo son porque pueden comunicarse de otras muchas formas, por ejemplo mediante gestos, por lo tanto si consideramos erróneamente la mudez como la incapacidad de comunicarse, es cierto que personas que se comunican mediante gestos no son mudos.
ResponderEliminarLa palabra mudo tiene una carga semántica que aceptamos acríticamente. No pasaría nada si no fuera porque perjudica a un colectivo que además no se siente representado por ella, así que lo mejor es tener cuidado a partir de ahora y evitarla.