Estoy esperando en un pasillo. Solo unos minutos. Un niño llora en una consulta a brazo partido, nunca mejor dicho, un señor camina junto a un anciano, presumiblemente su padre, al que peina con todo el cariño del mundo los cuatro pelos que le quedan, una pareja pasa en dirección a una consulta, precedidos por una enfermera; él lleva una cazadora de pana ancha, vaquero y unos zapatones como los míos, todo el pelo repeinado, ella no lo sé, no presto anteción. Cara de susto, olor a cuchu los dos, muy cohibidos. Espero en el pasillo porque con la que tengo que hablar está aplicando cirugía menor a un chico. Parece que le ha mordido un perro en la cara. Me dice que pase, pero no lo hago, no puedo hacerlo, me moriría. Como estés un poco embajonado este trabajo es horrible.
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