Yo, si me tumbara en el suelo, sería para dar que hablar. Si no levantara seguro que alguien acabaría llamando a una ambulancia.
"¿Te enseño a caminar? ¿No sabes?", me diría una niña que pasara por allí con el pan.
Pienso que para tumbarme tranquilo tendría que hacerlo en un pueblo. Me imagino tumbado en un prado o en un linderón y me imagino a gusto.
¿Pero esto es así? ¿Es el pueblo lo que piensan los de la ciudad de él?
Aprovecho para explicar lo que es un linderón, algo que he aprendido este mismo fin de semana, y así sacar algún partido a esta entrada:
Los linderones son el espacio que media entre las tierras que se escalonan en el monte, como terrazas de un arrozal. Estas tierras antes no estaban ocupadas por prados, como ahora, sino por cultivos (no sé cuáles, pero imagino que maíz, alubias y por ahí en adelante). La anchura de estas tierras viene determinada por la del arado: la suficiente para que pueda ir y volver. De hecho, las terrazas resultan del paso y repaso de los arados (de la tierra que se va acumulando en los bordes). El caso es que los intersticios se denominan linderones. En estos linderones había antes hierba, la que no había en las tierras, y en ellos pastaban las vacas. Hoy no hacen falta. Los linderones ahora suelen ser muros. Pero, en un claro proceso de adaptación al cambio, se les sigue lamando linderones (el cambio no obliga a la extinción). Así que cuando veáis terrazas en la falda de un monte, ya sabéis cómo se llama el espacio que hay entre ellas (comúnmente, muros): linderones.
Es increíble, de todas formas, esa capacidad que tenemos para dar sentido al envés de las cosas, a lo que sobra de algo, es como si no viéramos el vacío, o como si no lo aceptáramos, como si lo viéramos como una oportunidad para otra cosa, llámese vargareta (el espacio vacío que resulta del encaje de un cuarto cúbico en el portal angular) o linderón (los espacios vacíos entre tierras).
Coda: He escrito este texto en el recuadro de texto de mi correo electrónico. Lo he copiado y he cerrado el correo. He abierto el blog y he pegado el texto. Ha habido unos cuantos segundos (bastantes) en los que el texto de más arriba no estaba, a pesar de estar escrito ¿pero dónde? Quizá haya cosas que no están pero que existen y quizá también espacios que ocupan estas cosas que existen pero que no están, espacios que los ignorantes como yo consideramos vacíos (o quizá sí que están vacíos, pero a mi manera, la propia de un "ciudadano", no a la manera de un "poblador", haciendo mía esta distinción que acuñó Julio Llamazares para referirse a los que están y a los que venimos, a los autóctonos y a los recién llegados, aunque muchos de los recién llegados, como yo, no es que lleguemos, es que volvemos porque también somos de aquí, como los "pobladores", pero de otra manera). ¿Vacíos? ¿Para quién?
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