lunes, 26 de mayo de 2014

El Cubión de Guriezu, abrigos pastoriles en Peña Sagra, vacas monchinas y perros villanos de presa, la arquitectura montañesa y el Proyecto Moderno, La Juente d´Arriba de Lamiña Patrimonio de la Humanidad y corraliegas cabuérnigas en los orígenes del feudalismo

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"Mi padre y mi hermano Virgilio encendían el fuego aprovechando los restos de la lumbre anterior. Cuando comenzaba la temporada de fabricar carbón vegetal, dormíamos muchas veces en El Cubión, un abrigo pétreo formado por un fragmento de un gigantesco bloque calizo que se debió desprender de la peña del Cuadro hace ya miles de años". Tomado de El bosque del carbón, novela de Ángel González editada por el Ayto. de Guriezo recientemente.

En San Sebastián de Garabandal archaeological and etnographic treasures, de Stefanie Anita Landa, 2007, la autora descubre una serie de cavidades en Peña Sagra que ella supone prehistóricas pero que los paisanos le dicen que ellos mismos las han venido utilizando hasta hace pocas décadas. Estas cavidades son: El Hoyón de las Collaúcas y La Pedregosa 1 y 2. La Pedregosa 1 está asociada a un pequeño corral. El libro flojea mucho, pero tiene información de interés. Yo lo compré en la gasolinera de Puentenansa junto con otro escrito por el antiguo médico del valle. Este último es curioso porque insiste en que el Nansa es "el valle de la marquesa". Este libro se puede interpretar como una pieza más (una pieza menor, pero parte del engranaje al fin y al cabo) del proceso de desapropiación del territorio al que las élites han venido sometiendo a los paisanos durante centurias. ¿El valle de la marquesa? Qué casualidad que quien más insista en esta hipotética propiedad (o apropiación) sea precisamente un médico, alguien que viene de fuera (mejor dicho, que viene de arriba). Que les pregunten a los nansos y a las nansas (gentilicio prácticamente desaparecido, por cierto) de quiénes son ellos, de quién son sus casas y sus tierras, si de esa marquesa o de quién. Lo malo es que al final nos lo acabaremos creyendo todos, incluidos ellos mismos, los enajenados. En cualquier caso, en el libro del médico se recoge una trova inédita que, como toda trova, no carece de interés.

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"La familia de Blanca era ganadera. Su padre tenía vacas de leche y carne, ovejas y cabras. Las vacas de carne que poseía eran monchinas, una raza oriunda de estos valles [Guriezo] y muy preciada por su calidad. Las monchinas vivían semisalvajes en el monte y dependían de los bosques para crecer y desarrollarse, ya que encontraban alimento en los tiernos pastos que afloraban en los robledales. En verano se guardaban del calor bajo la espesura del dosel forestal, donde encontraban agua en las orillas del río Remendón, que durante el estío se convertía casi en un regato. Atraparlas para el consumo era harto difícil y el padre de Blanca se juntaba con más ganaderos que dominaban la captura con lazo y, entre ellos y los perros villanos de presa, abatían a las bravas reses." También tomado de El bosque del carbón. Estas vacas me tienen totalmente despistado. Solo sé que sus toros eran los que se toreaban por esta zona oriental de Cantabria y más occidental de Vizcaya, donde al menos hay, que yo sepa, una plaza de toros cuadrada, como la de Béjar (Salamanca), pero de menores dimensiones. Los perros villanos de presa ya sí que no sé ni lo que son.

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“La gran aportación de Le Baron [1832-1907, del movimiento Moderno] fue la utilización de las estructuras en esqueleto a partir de vigas de hierro en I, iniciando así el método característico de construcción del siglo XX. El nuevo sistema suponía que los muros dejaban de tener una función sustentante y se convertían en muros cortina que simplemente cerraban el edificio. Este proceso de edificación, posteriormente perfeccionado con la combinación de acero y hormigón, unido a la aplicación del ascensor de seguridad, hizo posible multiplicar la construcción en altura.” Tomado del manual de historia del arte del instituto.

“[T]anto los materiales - piedra, madera y cerámica - como el sistema constructivo – muros de carga en piedra de mampostería o sillería y pilares, vigas y forjados en madera de roble o castaño -, se repiten de forma sistemática en todos los modelos (…) desde el siglo XVI a fin del siglo XIX (…)”

Ruiz de la Riva en Casa y aldea en Cantabria. ¿Muros de carga? Nosotros sabemos que no siempre es así, que nuestras casas responden más al Proyecto Moderno de Le Baron que a lo que dice este arquitecto de Cabezón de la Sal, cuyo trabajo, por otra parte, es admirable.

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En Lamiña está San Fructuoso o San Frutosu, antiguo convento documentado en el s. IX (lo que no impide que pueda ser anterior, aunque del s. IX es suficiente para lo que queremos decir). La construcción original era prerrománico asturiano puro y duro. Se vino abajo, desconozco la fecha, y sus piedras fueron reutilizadas en la actual iglesia, del s. XVII o XVIII, no más atrás. La benditera de la iglesia es prerrománico asturiano. En San Frutosu quedan dos columnas y un sarcófago que presenta incluso la cruz procesional del antiguo Reino de Asturias, al que perteneció Cabuérniga en una de las primeras fases de desarrollo de este reino nacido en los aledaños de Liébana (y que se expandió hacia el oriente, como pone de manifiesto el topónimo Tresmiera, que marca claramente la dirección que tomó esta expansión). Pero además de todo lo dicho hay una fuente, La Juente d´Arriba, que está documentada, al parecer, en el s. X y que es prerrománico asturiano de libro. Está un poco más abajo que la ermita, cerca de la conocida como Juente Roñosa (aguas ferruginosas). Se dice que también esta fuente aprovechó material de derribo del convento. Ya, sí, ¿pero en el s. X? Además, todas las piezas de esta fuente encajan perfectamente como piezas de tal, de fuente, no parece que hayan tenido otro uso, aunque sí es cierto que la fuente en cuestión no es convencional, quizá porque su tipología tampoco lo sea según parámetros actuales. Esta fuente de Lamiña es un calco de Foncalada, en Oviedo. No creo que haya una tercera en ningún sitio. Lo que a mí me parece es que La Juente d´Arriba tal como la conocemos es coetánea del antiguo convento y que era entonces como la conocemos hoy. Se trata, en definitiva, y es mi opinión, de una fuente adscrita al programa arquitectónico del Reino de Asturias, ni más ni menos, no hay motivos para marear más la perdiz. Si arquitectónicamente es, si cuando se construyó esta fuente el valle pertenecía al Reino de Asturias, si esta adscripción está refrendada por la cruz procesional del sarcófago que se conserva en el interior de la ermita, ¿por qué no incluir esta fuente en el listado de elementos arquitectónicos del Reino de Asturias declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como Foncalada, por ejemplo? ¿Por catetismo? ¿Catetismo, de quién? ¿Del Alcalde, del Consejero de Cultura, de Madrid, de la UNESCO…? ¿Y qué culpa tenemos nosotros? Tenemos ahí un posible polo de desarrollo… y nada, para el gato.

No pongo fotos para que os animéis a ir. Lamiña está a un tiro de piedra de Santander (aprox. 50 min.) Además, si váis, veréis que la fuente tiene un par de sorpresas guardadas.

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Desde la iglesia de Lamiña coges a todo el pueblo por la espalda. Si vas con la cabeza encendida, si ya sabes de las hileras construidas de una sola vez (longhouses), hileras asociadas a familias extensas, las vistas son impresionantes, porque por detrás las hileras apenas han sido tocadas y conservan toda su apariencia de enormes bloques de piedra varados en la ladera del monte.

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