martes, 6 de mayo de 2014

Vigueta tallada cabuérniga

Hace unas semanas entramos en una casa llana cabuérniga. En el tillu del establo encontramos una viga reutilizada de 3,30 m. y marcas de haber sido en origen vigueta (marcas de haber recibido las tablillas que tapan por abajo las rendijas que quedan entre las tablas del suelo del piso superior, a modo de guardapolvo, para evitar que la porquería que se cuela por estas rendijas caiga al piso inferior). Es de roble, por eso se conserva tan bien, y presenta sarru, por lo que creemos que ha estado cerca de una cocina de suelo. Esta viga (o vigueta en origen) presenta unas tallas asombrosas tanto por sí mismas como por su ubicación.

Pongo algunas fotos:




Son fotos que no hacen en absoluto justicia a las tallas. No se ven las muescas que recepcionan las tablillas, pero están.

Este elemento con estas tallas no aparece en nada conocido, ni posterior al s. XVI (fecha de la casa donde está reutilizado) ni anterior (anterior poco conocemos). ¿Qué es?

A todo lo anterior hay que sumar que esta viga / vigueta no está sola: le acompaña otra vigueta (en origen) de las mismas dimensiones pero sin tallas, con sus muescas, y dos carriles (las piezas acanaladas donde encajan las tablas de los tabiques de madera o tabláos) que por su grosor intuyo estaban en planta baja, cerca del suelo.

Así que tenemos dos viguetas de 3,30 m., una de ellas tallada, y dos carriles de planta baja (dos soleras) también de 3,30 m.

Posibilidades:

Podría tratarse, la vigueta con las tallas, de una pieza de antiguo hórreo u horru, en montañés. Hemos estado este puente Raquel y yo en el centro de interpretación del hórreo de Bueño / Güeñu, en Asturias, y creemos que esta opción no es la buena. La talla de nuestra vigueta tiene cierto aire de familia con la que se considera propia del tipo de hórreo de Villaviciosa, el más antiguo de entre los asturianos, de comienzos de la Edad Moderna. Por fechas podría coincidir. Pero las tallas en este tipo de hórreo, aunque parecidas a las nuestras, aparecen en el liño y sobreliño y esta vigueta no es ni una cosa ni otra.

Por otra parte, en la base del hórreo suele haber viguetas con las mismas características que la nuestra, pero estas viguetas nunca están talladas. Pongo foto de este tipo de viguetas en panera asturiana. Su longitud coincide con la de nuestra vigueta (en este caso la duplica, porque es una panera, es decir, el doble de un hórreo), aunque este hecho, más que hablarnos de su posible pertenencia a un hórreo, que definitivamente no nos convene, podría evidenciar la existencia de una medida, una escala en las construcciones, un patrón común a una época o a un tipo de realidad, constructiva o no. Pasa por ejemplo con los seles vascos, denominados sarobes, que siguen una escala 7, no 10 (no decimal), o con los propios hórreos asturianos, que suelen medir entre 5 ó 6 m. de largo por 1,5 m. de alto, por norma. Es lógico que los hórreos respondan a un patrón porque muchos ya se pensaban, antes de hacerse, repartidos entre varios propietarios; seguir un patrón asegura el reparto equilibrado. Nuestra vigueta podría responder a un patrón compartido con los hórreos, que no exclusivo de los hórreos.



¿Podríamos hablar de un tipo de hórreo ya desaparecido, con presencia en Cabuérniga, parecido al de Villaviciosa pero con diferencias notables que serían, precisamente, aquellas que explicarían nuestra vigueta? Demasiadas vueltas. Es probable que queden los restos de un hórreo antiguo en La Serna de Sopeña de Cabuérniga. Habrá que echar un ojo, pero no creo que nuestra vigueta perteneciera a un hórreo. ¿Qué del sarru, por ejemplo?

Segunda opción:

Que perteneciera a una antigua iglesia, muy antigua, hoy desaparecida. Pero, ¿una iglesia con tabláos y con cocina? También pudiera ser que esta vigueta efectivamente procediera de una iglesia y que hubiera sido reutilizada en una cocina.

Tercera opción:

Que estos cuatro elementos, vigueta con tallas incluida, pertenecieran a un tipo constructivo desconocido (las famosas casas medievales de madera, tipo blockhouse, que no sabemos cómo eran, quizá) o al interior de una casa gótica, que tampoco sabemos cómo eran (la distribución de espacios, a buen seguro muy compleja, es una incógnita).

Para rematar, este puente estuvimos haciendo la ruta del prerrománico asturiano. Una de las paradas obligadas era San Julián de los Prados o Santullano, en las puertas de Oviedo. Esta iglesia, a diferencia de otras del periodo, estaba techada con madera y teja no árabe, nos aclaró la guía, sino romana. Se conservan dos vigas en el interior, completas, y los restos de otras tantas en el pórtico. Es la única madera del prerrománico asturiano que se conserva. Pues bien, todas ellas, sin excepción, presentan tallas que remiten a las de nuestra vigueta. Pongo dos fotos:



El prerrománico asturiano no es ajeno a nuestra geografía. Sin ir más lejos, en Lamiña tenemos la ermita de San Frutosu (uno de los pocos nombres propios que terminan en /-u/, en montañés), antiguo monasterio, con un sarcófago que incluso lleva tallada la cruz procesional del Reino de Asturias, además de dos columnas, a lo que se suma una benditera reciclada en la iglesia del pueblo y otro sarcófago reutilizado como pilón en una fuente, aunque éste sin tallas. Habría mucho que decir de la ermita de San Román de Moroso en Bostronizo, de una celosía de Perrozo que hoy está en el Museo Regina Coeli de Santillana del Mar (un museo espectacular, por cierto), de la ermita de San Andrés de Enterría en Camaleño... Recuerdo que el prerrománico asturiano está declarado Patrimonio de la Humanidad... en Asturias.

No quiero decir que nuestra vigueta perteneciera a una construcción del prerrománico asturiano, aunque, como hemos visto, tampoco sería imposible. Pero sí que esta pieza está inscrita en su contexto. Que hay un cordón umbilical que une estas vigas medievales ovetenses con nuestra vigueta cabuérniga, parece obvio.

Sea resto de un hórreo, de una iglesia o de una casa, o de una iglesia y después reutilizada en una casa, esta vigueta (y del ramal el resto de elementos reutilizados en esta casa llana cabuérniga de hace cuatrocientos años) presenta una serie de elementos decorativos emparentados con toda la batería ornamental de lo que se ha dado en llamar prerrománico asturiano, que no es más que una derivación del arte bizantino, que a su vez, como el propio cristianismo, es un arte sincrético (sintetizador) por definición, por lo que también se podrían establecer paralelismos con el arte visigodo, islámico, etc. A los reyes asturianos les interesaba que se les asociara a todo lo que les permitiera ganar cuerpo. Era un reino en construcción, y todo alimentaba. A ello se suma que la ornamentación geométrica, potenciada por el peligro que supuso el adopcionismo combatido por Beato de Liébana, es común a muchísimas culturas, en particular culturas pastoriles / ganaderas. En resumen, el Reino de Asturias hizo suya una tradición ornamental local, vinculada a sociedades ganaderas / pastoriles, la enriqueció con préstamos tomados de aquí y de allá (bizantinos, visigodos, etc.) y la potenció con su expansión. Hoy todavía podemos seguir su rastro.

Las tallas que hoy podemos admirar en los correores (esos sogueados, ajedrezados, etc.) o en las abarcas o en los palos pintos pertenecerían al mismo corpus decorativo que las tallas de nuestra vigueta, lo que no impide asumir influencias posteriores, por ejemplo la de los retablos barrocos, tan evidente, por otra parte.

Este corpus presumimos reposaría antaño también en elementos integrados en construcciones que hoy no sabemos ni cómo eran. Esta vigueta podría ser un buen ejemplo de ello.

Esta vigueta huérfana o la viguería de Santullano no son más que restos del naufragio... el naufragio de un reino que no pudo ser, pero que lo intentó, y que para ello se dotó de una imaginería, de un aparato "propagandístico", que todavía hoy late, aunque ya casi inane, entre nosotros, que, no lo olvidemos, formamos parte de la intentona, parte de un equipo que perdió la partida. Como dijo Xuan Bello este mismo fin de semana en Xixón: "pa entender les coses anantes unu tien que saber quién ye". Si nos quitáramos prejuicios de encima muchas cosas empezarían a cobrar sentido.

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