(1)
Murales del escultor Jesús Otero en un pasadizo de la calle Burgos de Santander.
Detalle:
Me recuerda al mural de Xesús Vázquez en el edificio que hace esquina en Lamarga que ya puse aquí y repito ahora:
Son varios los murales que merecen la pena en Santander.
Sale una ruta.
(2)
Proceso de gentrificación, fase uno: hacer que clame al cielo.
En la calle Alta de Santander.
(3)
Derecha e izquierda en un antiguo camino de la calle Alta de Santander.
(4)
Acceso interior, es decir, desde el portal, a la bodega de una vivienda en la calle Alta de Santander. La casa de Sotileza tenía un acceso interior, como éste, y otro exterior, en la actualidad tapiado.
Me dice un amigo que en el Barrio Pesquero de Santander los vecinos siguen llamando a las plantas bajas, bodegas.
(5)
Antiguo escudo nobiliario santanderino reutilizado como respaldo de un banco en el Sardinero tras el incendio del 41. Hay otros tirados en el jardín de acceso a la Biblioteca Municipal de Santander y otros muchos, tengo entendido, arrumbados en un almacén municipal, quizá compartiendo espacio con la escultura ecuestre de Franco.
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