(1)
"Nano me contaba que, antiguamente, oía decir él que las anjanas se vestían muchu con un chaquetón que hacían completo de la piel... sobre todo de cabras. Le sacaban de una pieza enteru, y el cabellu era pa por dentro; y pa fuera era el cueru. Lo curtían con ceniza, que tenía que ser de alisa, y quedaba muy suave el cueru".
Lamiña. Tomado de García Preciado: Cuentos..., tomo 5, p. 18.
De interés para los historiadores de la vestimenta (que no es lo mismo necesariamente que del traje).
(2)
"Le oí decir a mi madre que las anjanas vivían por San Fructuoso, en unas casas que era to la construcción de madera. Y los tejaos de las chozas estaban hechos como con canalones de madera, ahuecaos to a lo largo como en forma de teja de tres o cuatro metros; unos los ponían boca arriba, de canal, y los otros de tapa. Que tuvía hay en Lamiña una cabaña de pastores que lo tien así, allá en Muscaorio".
Lamiña. Tomado de García Preciado: Cuentos... , tomo 5, p. 17.
De interés para arquitectos e historiadores de la arquitectura. Es fundamental ir a esta braña y hacer unas fotos al chozu, si es que sigue en pie.
(3)
"Todavía hace pocu, a los amortajados les tapaban los oídos con cera; y también les echaban cera en el ombligo. Después de muertos, los ataban al cruzáu: la pierna izquierda y el brazo derechu; con una cuerda ¡prieta! Amarráu con una cinta, ¡bien prietu!, al brazo; y el otro extremo se amarraba a la pierna del otru láu. Esu lo hacían porque decían que era una cosa que no se descomponía el cuerpo, que no perdía nada."
San Pedro del Romeral. Tomado de García Preciado: Cuentos..., tomo 5, p. 161.
De interés para historiadores.
(4)
En Obeso aparecieron tres vírgenes hermanas juntas. Cada una miraba a un valle: Quintanilla (la actual Virgen de Santa María de Lamasón), Celis (la Virgen del Carmen) y Obeso (la Virgen del Llano). Al encontrarlas unos pastores las tres hermanas les pidieron que las pusieran donde pudieran oírse las campanas de una a otra. Pero a la del Virgen del Llano la iban a llevar muy lejos, demasiado, y no se dejó. Así que de noche venía una pareja de bueyes, uno blanco y otro negro, y se llevaba las maderas a donde la Virgen quería. La iglesia se acabó levantando donde ahora está, que es donde quería la Virgen. Se cuenta lo mismo de otras vírgenes de Cantabria, caso de la Virgen del Mar, en Santander.
Sabido es que la buena manzanilla es la que no oye campana, que se dice.
El territorio sonoro, nuestra adscripción al mismo, está por estudiarse.
(5)
Ya sabemos de los caricos. ¿Pero qué de los fisanes? ¿Alguien sabe cómo eran? ¿Todavía se cultivan en alguna parte, alguna familia conserva fisanes en su huerta?
No sé si en España alguien se ha tomado la molestia de estudiar el territorio sonoro rural (en las ciudades se estudia en negativo, por aquello de la contaminación acústica), pero supongo que se trata de un vacío más en comparación con nuestros vecinos. Valga un ejemplo no traducido (que yo sepa): Alain Corbin: Las campanas de la tierra. Paisaje sonoro y cultura sensible rural en el siglo XIX. Ed: Albin Michel, 1994.
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