Raquel anda de exámenes y yo siempre liado. Hacía tiempo que no nos movíamos. Decidimos escaparnos este sábado a Bilbao. Solo hasta la hora de comer, para aprovechar aquí, en Santander, la tarde. Aprovechar la tarde del sábado en Santander significa estudiar, en su caso, y trabajar, en el mío. Cogimos el autobús para evitar problemas con las carreteras y nos plantamos en Bilbao en apenas hora y media. Fuimos donde siempre: a Urretxindorra, al H&M, a Yume, al bar antiguo de la rotonda a tomar un caldito y a la calle curva del casco a tomar un chacolí y comer una gilda y un bocata de jamón y queso idiazábal. En estas estábamos cuando Raquel saca el móvil y busca "marcha podemos". A ver qué tal, dice. Sí, a ver, respondo. Pincha el primer vídeo que sale. Está tomado desde la cámara de un móvil, a mano alzada, en Sol.
Vemos multitud de cabezas y puños en alto.
Joder, es impresionante.
Volvemos andando a la estación, a pesar del mal tiempo. Los paraguas se levantan las faldas para enseñarnos las bragas.
Tomamos el autobús de las cinco y media.
De vuelta, con el calorcín y el mundo alrededor, soñamos.
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