domingo, 10 de mayo de 2015

Esvástica en torre medieval, el puzzle de Cervatos y reivindicación de la que puede ser la biblioteca más antigua de Cantabria, coro pirograbado del s. XVI podrido, hallazgo de inscripción fundacional de iglesia románica, una iglesia románica que parece una casa llana, y dinteles y palomares de Valdeolea

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Foto de cruz junto a esvástica en uno de los esquinales de la torre medieval de San Martín de Hoyos:


La cruz está en la segunda hilera empezando por arriba y la esvástica en la tercera, en ambos casos a la izquierda. Se ve mal, lo siento. En persona, no hay lugar a dudas. Acercaos, merece la pena.

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En Cervatos hay una antigua biblioteca encastrada en la pared, nada más entrar, a la izquierda. Conserva las puertas y dentro los restos de un mural que representa el cielo estrellado. Este mural es muy parecido al del espacio anexo al claustro de la Colegiata de San Martín de Elines. Esta biblioteca no está documentada. El mural se está perdiendo. La madera está pudriéndose.


Puede que esta biblioteca aproveche un antiguo vano cegado de camino al coro, que, según parece, es un elemento que se puso en alto durante el mil quinientos o mil seiscientos, lo cual serviría para datar la biblioteca. El mural reafirmaría la hipótesis de una biblioteca moderna, aunque nada impide creer que sea heredera de otra anterior.

Hay una antigua tumba en el ábside perteneciente a un hijo de Doña Urraca. Nos dijo una vecina que el topónimo Cervatos se explica por los ciervos que venía la corona y su séquito a cazar. Uno de los hijos de esta reina pudo morir cazando, argumentan. Sea como fuere, la lápida de la tumba no es la original. La auténtica está en un almacén de El Astillero. Los vecinos la quieren. Habría que devolvérsela.


La pila bautismal de la colegiata es romana. Está reutilizada. No se sabe qué era en origen.

 
En la pila de Cervatos hay una inscripción que nadie se ha preocupado de transcribir.
 

La columna que sostiene el coro también es romana. Los coros en alto ya hemos dicho que aparecen entre el mil quinientos y el mil seiscientos.

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En la ermita de San Miguel, en Olea, aquí, encontramos un coro con inscripción parece que pirograbada con fecha de mediados del s. XVI. Un vecino nos la tradujo parcialmente. El maestro que hizo el coro de madera era de Pámanes.


Lo único que hemos visto parecido, aquí.

A cada poco, una estrella de seis puntas tallada y probablemente coloreada en origen de rojo.


La madera se está pudriendo. Urge restauración. Tened en cuenta que además de ser un elemento único este coro permite fechar la aparición de este elemento, el coro en alto, que, casualmente, coincide con la aparición de los balcones en las casas montañesas. Además, esta ermita fue declarada BIC hace décadas. El cuidado de todos sus elementos es de suyo.

En una esquina vimos una campana extraña que nos dijo un vecino que aprovechaba una bomba de la guerra que no había explotado. Destaca una cruz cuadrada muy interesante y por fuera lo que no se sabe si es un ángel o un águila (Dios en los cielos es un águila). En Cervatos abundan las águilas.



Bajo el ábside hay un sótano extraño que se puede ver por fuera. Según parece esta ermita conservaba un ara votiva de época romana dedicada a "los dioses y diosas de la asamblea de los dioses", quizá asociada a este sótano, pero parece que ya no está. Fue pieza del mes del Aula de Patrimonio de la UC, aquí.

En la puerta nos dijo el vecino que ponían de pequeños los dientes que se les caían, en la repisa. Se hace sencillo relacionar los dientes con el ajedrezado románico. Le preguntamos al vecino al respecto y nos dijo que no sabía, que él no ponía los dientes de pequeño ahí por el ajedrezado sino porque se venía haciendo así desde siempre.


En nuestro folklore estoy convencido que todavía residen muchas claves explicativas de esta época. De hecho, en el ábside de Cervatos había una representación de una mujer con dos culebras mamándole los pechos. Había porque alguien lo machacó. Al parecer esta escena simboliza la lujuria. En Cantabria sabemos mucho de serpientes mamadoras, por ejemplo aquí.

Esta ermita está entera encalada por dentro. Raquel y yo estamos convencidos de que esconde murales góticos, si no anteriores.

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En Cervatos se conserva una inscripción que recoge la fecha de fundación del templo.


En la iglesia de Santa Olalla (esa forma asturleonesa de Eulalia es preciosa), también en Olea, y románica, hay otra inscripción que parece de la misma época. Ésta no está documentada.

Es probable que la iglesia de Santa Olalla se recompusiera en torno al s. XV y los sillares de la portada se reubicaran. El sillar con la inscripción fundacional acabó aquí, a los pies del ábside, comido por la hierba. Al menos parece que está en buen estado de conservación.

 
En esta iglesia están las pinturas murales góticas más potentes de Cantabria, que no pudimos ver.
 
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¿Una casa montañesa fase cero?


No, una iglesia románica.


Se trata de la anterior, la de Santa Olalla en La Loma (Valdeolea). Es probable que el acceso a esta iglesia no sea románico. En todo caso, ejemplos como éste nos hacen dudar de lo acertado que es fijar la fase cero de nuestras casas en el gótico. La función protectora de los esquinales la vemos en las portadas románicas, por ejemplo. Foto tomada en la iglesia románica de San Martín de Hoyos:


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Las construcciones de todo el sur de Cantabria están vueltas hacia adentro, están ensimismadas. Abundan las portaladas. En éstas, sorprenden los dinteles, verdaderamente monumentales. Esta foto está tomada en La Loma (Olea):


Al fondo se aprecia un reloj de sol. Debajo, palomar:


Atentos a la cubrición de lastras, como en las cabañas brenizas pasiegas. Los palomares son muy abundantes, lo mismo que las colmenas, denominadas dujos, encastradas en las paredes.

Por último, un mojón con dos agujerines que me recuerdan a los encontrados en varias piedras de gran porte de la mies de Cueto y que un lector proponía relacionar con alguna técnica extractiva desconocida (para mí).

2 comentarios:

  1. El reloj de sol lleva fecha de 1753.

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  2. Ya puestos: es un cuadrante solar de 6 a 6 con declinación sudoeste. No conserva el gnomon original.
    Según García Guinea, estuvo en su día coloreado en rojo.

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