domingo, 28 de junio de 2015

Frontera, en San Pedro, casa grabada en Potes, en Trujillo

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Entrando a Cantabria. La foto tiene tiempo. Es ésta una de las fronteras más evidentes que conozco. Qué diferente aquella vez que dando un paseo por Estrasburgo acabamos en Alemania sin querer.

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Tronera, dintel y esquinal embutido en San Pedro, Carmona.
 
Recuerdo que las troneras no son miradores, sino respiraderos para la cosecha almacenada en el soberáu o desván.
 
Es hipótesis mía que en Cantabria nunca hubo muchos hórreos porque la prosperidad que trajo primero el florecimiento de los mercados urbanos en el s. XV y luego el maíz en el s. XVII la capitalizó el soberáu.
 
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Casa grabada en una antigua casa de Potes. Esta foto creo que ya la puse, pero por asegurarme.
 
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Ventanos que apostaría siguen el trazado de la escalera. En Trujillo. En nuestras casas montañesas pasa lo mismo: en el jastial siempre aparece un ventanu que parece descolocado pero que en realidad lo que hace es aportar luz a la escalera.


Raquel vio en una puerta de Trujillo, reutilizado, lo que yo creo es un ídolo neolítico equivalente a los nuestros de Sejos, Garabandal (al oeste) y Valderredible (al sur). Lo comunicamos en un museo de Cáceres. Nos dijeron que seguramente estaría documentado.

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