Un buen abogado no solo sabe defender a su cliente sino también cómo atacar a su oponente, que no es lo mismo, y si es realmente bueno atacarle sin que se note pero asegurando que la víctima se de buena cuenta de ello.
Aquí comentaba lo bien que se revuelve el hermano de Botín a cuenta de un cuadro de Picasso que ya le han dicho por dos veces que no lo puede sacar de España y mucho menos vender, como parece que pretende, y aun así lo ha vuelto a intentar.
Si leéis con atención el texto remitido a El País por su abogado y, por cierto, publicado sin apenas edición y mucho menos réplica, se señala como quien no quiere la cosa, mirando para otro sitio, a la Secretaría de Estado de Cultura, que dirige el santanderino Lassalle.
Veréis cuánto tarda en recibir Lassalle un toque. Pero qué digo, no hace fala ni que le peguen un toque. Señalado por el abogado de Botín, Lassalle ya sabe lo que tiene que hacer. O qué no hacer.
Es probable que no veamos a la venta este cuadro a cuenta del escándalo, pero para próximas ocasiones, para otros cuadros o propiedades, dudo que el hermano de Botín se tope con tantos problemas.
No sé qué pasará con este cuadro, si acabará vendiéndose a la vista o no, si seguirá "en un barco de bandera inglesa dando vueltas por el mundo" o no, pero donde seguro que no lo veremos es en el Centro Botín.
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