jueves, 1 de octubre de 2015

El banco de la mies



Este banco se encuentra en la mies de Sopeña.

Es un banco precioso.

Es fácil verlo como un Km.0 del mundo tradicional cabuérnigo.

He sorprendido a algún que otro turista haciéndose fotos aquí. Yo mismo me las he hecho. En la foto anterior a ésta de la memoria de mi cámara salgo yo sentado en él.

Se la enseñé a mi madre.

Me dijo que este banco viene del bar de su padre, El Descanso, que curiosamente tiene el mismo nombre que el bar que tuvieron mis bisabuelos paternos en la calle Garmendia de Santander.

Mi abuelo materno compró una de las primeras teles, si no la primera, de Cabezón de la Sal y puso una sala con bancos.

Fútbol, toros... Eran clientes habituales los números de la Guardia Civil del cuartel próximo.

Mi madre recuerda los gritos de un gitano detenido al que arrancaron los dientes. Eran los años cincuenta. También recuerda a la novia de un emboscado que iba y venía a caballo y que tenía une melena que ella envidiaba. Mi madre ha tenido el pelo largo de siempre.

Existía la creencia de que cuando llovía la tele se veía mejor así que cuando se desvaía la imagen pedían a mi abuelo que regara la antena. Cuando vivíamos en Colindres siempre poníamos papel albal en la antena de la tele para que "cogiera mejor la onda". Imagino que sea una costumbre, por cierto, inútil, heredada de los tiempos del bar de mi abuelo.

Cuando mis abuelos vinieron a Santander (ellos dieron el salto directo, sin pasar por Torrelavega) los bancos se los quedó una vecina de Sopeña que daba clases particulares.

Y del aula de la vecina este banco terminó en la mies.

Un banco tradicional, claro que sí, ahí está la comba de su asiento para demostrarlo, pero de una tradición amplia.

Decía el Nobel portugués Miguel Torga que lo global es lo local sin paredes.

En este banco la única pared es la que quita el frío.

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