viernes, 3 de junio de 2016

La creatividad del individuo desbordando la plantilla tradicional: dos casos cabuérnigos

Balcón en Jismana, barrio de Ruente (Cabuérniga):



La propietaria y vecina nos dijo que los apliques o embellecedores (no sé cómo denominarlos) los hizo su padre, serrón (leñador). Su decoración replica el dibujo de los dientes del serrote, nos dijo ella, pero realmente se trata de un tronzaor.

Es preciosa esta simbiosis entre hogar y trabajo. Escribe Mikel Azurmendi en Nombrar, embrujar: Para una historia del sometimiento de la cultura oral en el País Vasco (Alberdania, 1993), un libro apasionante de cuando al autor todavía no se le había ido la cabeza (lo último que sé de él es que andaba defendiendo la pena de muerte), escribe el autor, decía, que en vasco no hay que elegir entre vivir para trabajar o trabajar para vivir porque en vasco han quitado la preposición y puesto una conjunción: jan da lan, es decir, vivir y trabajar, sin necesidad de elegir entre ambas cosas.

Tronzador a la venta en la ferretería La Montañesa, enfrente de Las Estaciones de Santander:



No son los mismos dientes, pero sirve para hacernos una idea, además de para demostrar que el de leñador no es un oficio extinto.

Me contaba un tío mío de Garabandal que siendo él mozo, hará cincuenta años, se organizaban cuadrillas de serrones que recorrían en verano todo el norte, él recordaba especialmente Galicia, tumbando montes.

La decoración de este balcón cabuérnigo empalma con la forma de ensamblar las piezas que tiene la jucha que encontramos en Renedo, aquí (punto 1), y que Apa explicó en nota que en Carmona se conoce como "a diente de perru". Pregunté a la vecina del balcón y no supo darme razón.

En Selores hay una casa muy potente que en origen bien se ve que fue llana, gótica, de las largas y solas, con casa a un lado y el doblete cuadra y pajar al otro:



Ambas partes se desarrollaron cada una por su cuenta. La parte derecha es probable que fuera en origen la vivienda (abajo) y el secadero (arriba), quedando la izquierda para cuadra (abajo) y pajar (arriba). Cuando se segregaron ambas partes y la cuadra comenzó a funcionar como vivienda la parte destinada en origen a vivienda, la derecha, tuvo que dotarse de cuadra y pajar, que son los vanos que vemos a la izquierda de la puerta en arco (la de la gótica) de la foto que pongo a continuación:



En la casa de la izquierda, que en mi apuesta digo que fue la cuadra y pajar de la gótica original, y es hoy la casa menos atractiva de las dos, el vecino ha decorado todo.

El balcón:



La puerta:





Y hasta la acera:



Y el cuérragu:



Hay relación entre ambas casas, la de Ruente y la de Selores, pero no acierto a concretarla: recurrir a la noción de kitsch sería demasiado fácil, además de injusto. Dicen que en internet tan importante como las cosas enlazadas son los enlaces que relacionan las cosas. Yo he puesto aquí dos cosas, dos casas. Si alguien se anima a meterse con la relación entre ambas, por favor, que envíe un comentario.

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