miércoles, 21 de septiembre de 2016

Vaos, pontarrones y aguatejes en el río Lamiña

En el río Lamiña hay tres vados, que nosotros hayamos contado, construidos solidariamente con la naturaleza. Son resaltes que los vecinos levantan colocando ordenadamente piedras procedentes del propio lecho del río. Esta simbiosis me recuerda a la de los camberones, aquí.

El váu de las fotos se acompaña de un pontarrón que suele ser de madera, un tronco tumbado, pero que en esta ocasión es un poste de teléfono reutilizado:



La siguiente foto está tomada desde el pontarrón adoptando la dirección del curso del río, al que el váu corta (intercepta o cruza) perpendicularmente:



Un poco más arriba otro pontarrón, pero de los de siempre:



Como puede apreciarse, la pista con sus canalizaciones monstruosas pasa unos metros más arriba.

En la misma finca que antes, la del pontarrón de madera, varios aliviaderos abiertos en las paredes de piedra en seco o morios para que las crecidas del río o llenas no los tiren:



A estos aliviaderos se les conoce como aguatejes.

No sé cómo se llama ninguna de estas dos fincas, ni la del váu ni la de los aguatejes, y es una pena.

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