"La marisma de la derecha, la que estaba más cercana a la Reyerta, era el sitio apropiado para pescar esquilas. El lugar de la marisma y sus alrededores no le resultaron agradables. El agua estaba sucia, limosa, amarronada, en ciertos lugares pantanosa, llena de hierbajos y plantas verduscas propias del agua estancada. Un olor a basa, que nada tenía que ver con el de la costa sedimentada y plana en bajamar, resultaba inconfundible.
Al borde de la marisma, a la izquierda, se veían media docena de casuchas de madera, lacustres, estaban pilotadas sobre el agua. Eran míseras y aparecían sin pintar, desconchadas, con las tablas de las paredes desprendidas o rotas. Nunca había visto esas viviendas que daban la impresión de una pobreza extrema, pobreza que probablemente se combatía sin ninguna esperanza. El lugar era conocido con cruel ironía como el barrio Venecia".
Gavias de través, de Baldomero Madrazo Feliú, edición del autor, año 1995, p. 118. Un libro impresionante, solo disponible de segunda mano o en bibliotecas.
Hoy:
Recuerdo que hará unos veinte años había una casa construida sobre pilotes entre la rotonda de Valdecilla y Lamarga. Es hoy un solar invadido por plumeros. Se entraba por un puente. En la planta baja había un bar. Tenía un póster del Che dentro. Se veía desde fuera.
Mi padre iba con mi abuelo a pescar esquilas a este mismo sitio. Dice que no se podían comer, que tenían bultos. Por la fábrica. Pero las utilizaban como cebo. Iban a pescar a la grúa de piedra. Era costumbre durante la posguerra ir a pescar a última hora, para la cena. A menudo se echaba la noche encima.
De noche los bancos de peces fosforecen, asegura mi padre.
El solar es hoy un hotel que está a punto de ser inaugurado.
ResponderEliminarLa pintada de la asociación ha desaparecido, como quizá la propia asociación.
ResponderEliminarEl hotel ya funciona.
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