miércoles, 8 de marzo de 2017

Grafitis en el pórtico de la iglesia de Valcaba, Valle de Soba

Le pedí a mi madre que preguntara por estos dibujos a una amiga que es, casualidad, vecina del pueblo de al lado de el de las fotos, pero nada sabe.

Mi madre dice que era habitual, que a ella de niña el mejor regalo que se le podía hacer era tiza para dibujar en el sarru de la pared de la cucina, negra como el hollín.

Que lo que pasa es que las paredes del pórtico de la iglesia de Valcaba, en el valle de Soba, no las han encalado en años, dice mi madre.

Las paredes del pórtico de la iglesia de Valcaba están cuajadas de grafitis. Por algunas de las fechas que acompañan a las rúbricas, los más antiguos podrían ser de los años cuarenta: el último encalado.

Lo descubrió Raquel. Yo solo me había fijado en el rosetón de la puerta (que luego resultaron ser dos, a mí me parece que mal hechos, el grande a la altura de los ojos y el pequeño en el centro de la puerta).

El pórtico sirve de tendal. Encima del banco de piedra, el poyu, la sotana del cura, doblada.



Los grafitis son espectaculares.

Monaguillo o chica con farol:



Número de la Guardia Civil:



Señor fumando:



Rostros:



Mi padre llama a la cara geroa, que es palabra de pantoja, la jerga cantera. Es palabra que yo también utilizo en contextos informales.

Rúbricas (la pared está literalmente llena):



Qué no dejará de haber bajo las paredes encaladas de nuestras iglesias (estoy pensando en San Martín de Elines, en Valderredible, con los únicos murales románicos conservados en Cantabria, de milagro). Cuánto no se habrá llevado esa manía última que tenemos de picar para dejar la piedra vista (pienso en la iglesia de Terán y lloro).

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