El primero, aldufar, "echar, expulsar a alguien". El diccionario etimológico de García de Diego dice que el castellano alduf (que no recoge el Diccionario de la Real Academia) da nombre a un tipo de pandero morisco, y que procede del árabe duff. El Diccionario del Instituto de Estudios Catalanes define alduf como "instrument de percussió d’origen àrab, de forma quadrada i pell muntada en un marc interior".
Alberto Ruiz de la Serna, que es quien ha recogido la palabra cántabra, dice que aldufar "acaso tome sentido (...) a partir de las acciones en antiguas batallas medievales y en las que se hiciera sonar este instrumento como método de poner en aviso y forzar la huida".
El segundo arabismo del Valle de Villaverde es arrecada: "pendiente, adorno femenino que se coloca en el lóbulo de la oreja". Continúa Alberto Ruiz de la Serna: "En castellano tiene el sentido de pendiente [no recogido en el Diccionario de la Real Academia]. En portugués conserva esta denominación para referirse a los pendientes, derivado del árabe arraqqadah, la durmiente, debido a que por su tamaño descansaban sobre los hombros".
El diccionario de la ALLA define arracada como "perendengue [usáu poles muyeres casaes]".
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