Del vocabulario de Alberto Ruiz de la Serna publicado dentro de Toponimia del Valle de Villaverde (Cantabria), editado por Ramón Bohigas, destaco lo siguiente:
- Apurrir: "poner al alcance", derivado del latín PORRIGERE.
- Arrecho: "valiente, erguido", del latín ARRECTUS, "levantado, erguido".
- Arreo: "dote", del latín vulgar *ARREDARE, "proveer".
- Arveja (del latín ERVILIA) y piseo (del latín PISUM, "guisante"): "guisante".
- Escarpidor: "peine", del latín CARPERE, "tirar, arrancar".
- Glajos: "hielo", del latín GLACIES, "hielo".
- Insiera: "justillo".
- Jabutiar: "sacudir un líquido dentro de una vasija cerrada".
- Jarabujada: "astillas o tascas finas de la leña".
- Papis: "petirrojo".
- Remesuca: "encuentro de personas a modo de charla coloquial e imprevista".
- Rocha: "trastero de la casa".
- Somas (en plural): "salvado", del latín SUMMA, y éste del griego.
- Tascas: "astillas de leña", del céltico TASCA, "palo".
- Tresnar: "proceso lento por calor de preparación de la comida", del latín TRAGINARE, como el francés trainer. Este significado oriental completa el occidental, apuntando hacia una etimología que si solo manejáramos el significado de occidente nos costaría aceptar.
Hay otras muchas comunes al resto de Cantabria, como vilorto, rutar, sollar (soplar con fuelle), resquilo (ardilla), picorrelincho (pájaro carpintero), mancar, lamber, pobisa (pavesa), rebús, de reo (de seguido), engarre, bardal, etc.
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