Los soberáos ya hemos dicho que funcionaban como secaderos. El éxito de éstos es probable que explique la desaparición de los hórreos. Asociadas a los soberáos, las troneras. Seguramente también los correores o balcones (para la isoglosa o frontera entre estos dos términos, aquí), aunque la función de éstos sea grandemente polivalente: no podemos decir que sirvan solo o hayan nacido para secar la cosecha.
Por ejemplo, en la casa de Carmona a la que corresponden las siguientes fotos, el balcón lo encontramos ocupado por la colada tendida (no hicimos fotos porque estaba la vecina sentada tomando el sol), mientras el soberáu (o el pajar, probablemente redefiniéndose como otra cosa, ahora sin vacas) estaba ocupado, según pudimos ver, por manojos de maíz secando.
Disculpad la mala calidad de las fotos.
En el portal de una casa vecina a la que le falta el desarrollo del piso superior, alubias o fisanes secando:
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