viernes, 2 de febrero de 2018

Dos pintadas

La primera en Laredo:



"Bertuku".

La he cogido del EDM.

La segunda en Santander:



"Perranca".

Ésta es mía.

La primera pintada hace uso de uno de nuestros diminutivos más extendidos, terminado en /-u/, y la segunda de un aumentativo presente en, por ejemplo, el topónimo La Joyanca o el sustantivo ojáncanu (a partir de oju).

No se me ocurre mejor forma de demostrar la vitalidad de nuestro patrimonio lingüístico que en contextos extra patrimoniales, lo cual me hace pensar que quizá la figura patrimonial se nos quede pequeña.

3 comentarios:

  1. Llamadme loco, pero tanto para "ojáncanu" como para "ojáncana" no era necesario, creo, ir más allá de "ojancu" y "ojanca". ¿Y si esa terminación /-nu/ fuera reminiscencia de un hipotético artículo prerromano tipo eusquérico?

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  2. No, lo que parece es que está reforzando el valor aumentativo del sufijo, nada de artículos puestos al final.

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  3. ¡¡Muy interesante!! Tendría que haber más blogs como este. Ennhorabuena ;)

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