"La residencia del marqués de Matsugae ocupaba un gran espacio de terreno más allá de Shibuya, en los arrabales de Tokio. (...) En medio del parque se extendía un gran estanque que llegaba al pie de una colina cubierta de árboles. El estanque tenía espacio suficiente para cruzarlo en barco. Había una isla en el centro con lirios de agua y flores aromáticas, que podían ser recogidas para la cocina."
"Entraron en la isla por un punto donde sobresalía entre los pinos un único arce, y treparon por las escaleras de piedra hasta el campo de hierba, en la cima."
Mishima, Nieve de primavera (Caralt, 1984), pp. 7 y 18.
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