miércoles, 4 de julio de 2018

Los grandes relatos

"Se dice que se han de abandonar los grandes relatos emancipatorios y regresar a la cotidianeidad, para afincarse al margen de la historia en una vida privada de intensidades, en una existencia intrascendente pero aliviada de grandes sufrimientos.

Pero el relato que contradice a los grandes relatos, se contradice también a sí mismo al dar una visión absolutista y totalizante, que no viene a ser sino otro gran relato. Es la gran narrativa del poder, que trata de desactivar la historia como contexto de potencialidades de transformación, simplemente, para que se mantengan los poderes establecidos y su cuento maravilloso, el de los vencedores de ayer y de hoy.

(...)

Incluso en literatura, ya nos hemos acostumbrado a que escribir consista en glosar la glosa, en trocar la memoria en estética, en hacer interpretaciones sin fin, en contar cosas cuya historicidad no radique en ninguna parte. El escritor es una estilográfica fantasmal que se desplaza por una página en blanco, más preocupado por su representación particular que por los acontecimientos colectivos. Incluso cuando trata sobre la intrincada saga de los dominados, lo hace más como gesto literario y caprichoso de artesano de palabras que, en última instancia, no le remiten más que a sí mismo."

Joseba Sarrionandia en el prólogo de La guerra del 58 (Txalaparta, 2017).

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