Sale toda la plana mayor del SCS, incluidas las gerencias de todos los hospitales, diciendo que está todo bien, que no hay nada que reclamar.
Y punto.
Es un puñetazo encima de la mesa en toda regla.
¿Y ahora qué?
¿Se va a pedir desde la oposición que se descabece a todo el sistema?
No es la primera vez que salen a la palestra. En la rueda de prensa en la que los dos directivos del SCS no se sabe si dimitidos o cesados defendieron su gestión, la rueda de prensa previa a la de su despedida, allí estaban también todos, como hoy, lo que pasa es que la oposición (y con ella los medios, que tienen mucha parte en este tema) hizo como que miraba para otro lado porque las consecuencias de aquel apoyo público podían ser muy graves.
Bueno, pues lo han vuelto a hacer.
¿Y ahora la oposición, qué? No creo que se pueda permitir volver a hacer como si nada. ¿Va a pedir, entonces, que se paralice el sistema (que es a lo que conduciría descabezarlo)? Siguiendo su línea argumental, sí. Pero las consecuencias pueden ser fatales.
Rizando aún más el rizo, la respuesta, al menos la inmediata, no ha venido por parte de la oposición, contra lo que cabría esperar, sino del PSOE: habiendo remarcado los responsables del SCS en su última comparecencia pública que no se han fragmentado contratos, que es una de las cosas que se les achaca, y muy grave, ahora resulta que sale un representante del PSOE diciendo, qué casualidad, que el PP sí fragmentó contratos durante su etapa, es decir, un "y tú más" de libro, lo que no quita para que si es cierto el PSOE haría bien en llevar este segundo caso a la Fiscalía.
Y mientras tanto, la ciudadanía con los pelos de punta.
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