Parece ser que por la morfología de los fondos marinos hay más cetáceos en el País Vasco. Y no sé cómo se llevarán con ellos, porque aquí parece que perdura la costumbre de arponear a los delfines que se acercan confiados a las embarcaciones, y además se «innova» disparando a la cabeza a las focas.
Fíjate que los vascos tienen que internarse en el cantábrico por dos horas. Cuánto más nosotros, si acaso, ¿tres? Es más que viable. el avistamiento de ballenas es el mejor reclamo posible. La empresa vasca aprovecha el gancho para mucho más: avistamiento de aves, de mariposas, retirada de plásticos, etc.
Los delfines siempre se comieron. No se dice, no se ofrecen platos de delfín en los restaurantes del barrio pesquero, pero siempre estuvieron ahí. El mismo día que yo nací, por ejemplo, hubo una cacería en la bahía de Santander. No digo con esto que lo justifique.
Parece ser que por la morfología de los fondos marinos hay más cetáceos en el País Vasco. Y no sé cómo se llevarán con ellos, porque aquí parece que perdura la costumbre de arponear a los delfines que se acercan confiados a las embarcaciones, y además se «innova» disparando a la cabeza a las focas.
ResponderEliminarFíjate que los vascos tienen que internarse en el cantábrico por dos horas. Cuánto más nosotros, si acaso, ¿tres? Es más que viable. el avistamiento de ballenas es el mejor reclamo posible. La empresa vasca aprovecha el gancho para mucho más: avistamiento de aves, de mariposas, retirada de plásticos, etc.
ResponderEliminarLos delfines siempre se comieron. No se dice, no se ofrecen platos de delfín en los restaurantes del barrio pesquero, pero siempre estuvieron ahí. El mismo día que yo nací, por ejemplo, hubo una cacería en la bahía de Santander. No digo con esto que lo justifique.
Lo de las focas es espeluznante.