"[Q]uiero que me diga francamente ¿qué tal bailo?
- Como un teatín, dice riéndose María Luisa.
Las otras muchachas también rieron el dicho, y como Pepito no había entendido la palabra, les pregunta:
Y... ¿eso qué es?
- ¿Cuál? dice María Luisa.
- Eso de teatín, responde el indiano.
- Pues... eso de teatín, le dice su hermana Lola, es un bicho que hay por aquí que unos le llaman así; otros esquilo y yo creo que su verdadero nombre es ardilla y como siempre anda saltando y bailando de árbol en árbol y muy bien, por eso María Luisa te comparó con él."
De la novela de costumbres titulada María Luisa (Torrelavega, 1927) de J. Gutiérrez de Gandarilla, pp. 25-26.
Teatino, de donde creo que, con sufijo cariñoso, procede teatín, es el integrante de la orden de los Teatinos fundada en Italia por san Cayetano en el s. XVI, y que popularmente, dice el Diccionario de la RAE, se confunde con los jesuitas.
La asociación entre teatino y ardilla seguramente se deba al hábito, a la capucha o al color. O quizá a esa pose tan característica de las ardillas con las manos juntas, como rezando.
Recordamos que esquilu viene del griego a través del latín y ardilla del árabe.
Da gusto poder entroncar las vivencias personales con la realidad lingüística general. Menudos recuerdos jugando con mi abuela al parchís: "vas como un teatín", decía siempre que alguno se escapaba con dos buenas tiradas. Y pensábamos que era cosa suya.
ResponderEliminarVeceru