viernes, 4 de enero de 2019

Camilo Alonso Vega

No sabía que Camilo Alonso Vega había sido supervisor de los campos de concentración españoles, además de otras muchas cosas fatales: militar africanista, golpista de primera hora, principal responsable de la represión de la guerrilla antifranquista y del movimiento estudiantil contrario al régimen de los años sesenta, responsable de la militarización de la guardia civil y de la purga de más de 5000 números, etc. El propio Franco le consideraba "demasiado duro". Frase suya es: "gobernar es castigar".

Una de las principales calles de Santander lleva su nombre.

Es incomprensible se mire por donde se mire.

7 comentarios:

  1. Entonces lo borramos de la historia y aquí no ha pasado nada.

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    Y0

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    1. Pues para no olvidar la historia hacemos un gran monumento en la plaza del ayuntamiento a Argala y los gudaris de ETA. También el alta (o sea, general dávila) podemos renombrar la Iosif Stalin, y la calle Burgos podría ser llamada calle Fidel Castro. Más que nada porque no se pierda la historia, eh?

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  2. Para respetar la ley hay que cambiar el nombre de la calle. Es obligado.

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  3. También habrá que quitar el nombre de la Calle Bruno Alonso para respetar la ley. Es obligado.

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  4. No hay que borrar nada de la historia. Pero nombres de calles, plazas o instalaciones públicas son para homenajear al aludido. Igual que las víctimas de Eta se quejan de que ayuntamientos vascos pongan nombres de expresos a calles. Detrás del falso argumento de que esos nombres son "solo historia" se suelen esconder otras ideas menos confesables. Cuidado. Veceru

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  5. No hay que dar más vueltas a este tema. Hay que cumplir la ley y punto. Que el ayuntamiento no la cumpla es deleznable, como deleznables son algunos de los comentarios que he publicado pero, advierto, he publicado por última vez, no voy a abrir la puerta al ruido.

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  6. Yo pondría el nombre del topónimo local y luego los números correspondientes. Los homenajes deberían hacerse en la conducta diaria, recogiendo los valores dignos de ser homenajeados de los homenajeados. Triste me parece que haya calles y localidades sórdidas con nombres de poetas y pintores. Y que los pueblos extremeños apenas tengan otras calles que la calle Hernán Cortés y la calle Pizarro. Que doblando una esquina se pase de un poeta represaliado a un fascista bombardero supongo que se considerará «transición modélica».
    Nadie conoce a los homenajeados.

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