lunes, 28 de enero de 2019
Dudas sobre la representación románica de la lujuria desde la tradición oral cántabra
Las fotos son del ábside de la iglesia románica de San Andrés de Rioseco (Santiurde de Reinosa), si no recuerdo mal.
Esta imagen de la mujer no sé si dando de mamar o asaltada por la culebra que chupa la leche directamente de los pechos de la mujer se ha interpretado como símbolo de la lujuria. Pero creo que es una interpretación errónea. Y para demostrarlo me voy a apoyar en nuestra tradición.
En La Montaña, no sé si en toda Cantabria, se cree que a la culebra le gusta mucho la leche. Incluso se llega a decir que tiene un mamar dulce.
Sabemos que las mujeres solían ir a las tierras con sus bebés, a los que dejaban en escanillos al cuidado de algún hermano mayor pero no tanto como para poder trabajar, o solos. Recordemos cómo las anjanas de Lamiña cogían a los bebés de las miñegas como venganza por haberles cambiado la torta por piedras calientes. Las culebras eran otro peligro porque los bebés olían a leche. Mi propia madre sabe quedarse cuidando de su hermana en el jisu, que se procuraba fuera un elemento visible, mientras mi abuela trabajaba las tierras.
También recuerda quedarse con la hermana que yo no llegué a conocer en el balcón, cuyos tornos se procuraba estuvieran a la distancia adecuada para que no cupiera la cabeza de un niño.
Está pendiente el estudio de las medidas profilácticas de carácter práctico y simbólico que se adoptaban para proteger a los bebés frente a peligros reales y simbólicos, si es que los simbólicos no son formas de encapsular y transmitir peligros reales.
Cuenta un amigo de Santutís de una mujer sin leche que su abuela decía que era porque se había quedado dormida en las tierras y una culebra la había dejado seca. De alguna manera se culpaba a la mujer por vaga.
La iconografía románica se dice que pertenece a unas coordenadas ajenas a nosotros, que es indescifrable. Pero la tradición oral de Cantabria creo que podría aportar valiosas claves interpretativas. Ésta es una de ellas: la mujer vaga que se queda dormida en el trabajo y la culebra deja sin leche.
La mujer a la que una culebra está chupando la leche de sus pechos no estaría representando la lujuria, pues, sino la pereza. Al menos desde el punto de vista de la tradición oral cántabra.
Serrón
Otra en Cervatos, aquí:
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