"R. Yo crecí en la ciudad pero el mundo de las granjas era el de mis abuelos, no me era ajeno. Supongo que sólo alguien que está dentro pero fuera puede ver la belleza de una historia así y contarla sin idealizar nada.
P. La palabra belleza, ¿es relevante?
R. En Islandia hay un sentido muy pragmático de la belleza. Bello es un pasto verde y un día con sol, no existe la belleza como idea. Cuando llegaron los primeros turistas y dijeron por primera vez 'qué montañas tan bonitas', los islandeses se lo tomaban a broma."
De entrevista a Bergveinn Birgisson, novelista islandés.
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