Hace tiempo estuvimos tratando de desvelar la lógica de lo que llamábamos mies de la mar de Cueto, esto es, del conjunto de fincas que se recuestan contra el peralte de la costa norte santanderina. Llegamos a la conclusión de que se trataba de un paisaje de viñedo fosilizado de gran importancia patrimonial. Entonces ya alertamos de su riesgo de pérdida física.
El Ministerio de Cultura acaba de aprobar la candidatura de la ribeira sacra gallega a Patrimonio de la Humanidad, aquí. Nosotros quizá no podamos aspirar a tanto. Somos así de tontos. Pero qué menos que tratar de evitar que desaparezca.
No desaparece. Para eso van a montar un eco-campo de golf y van a plantar 4 viñas en La Maruca. (ironía)
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