"El arte ikebana, por ejemplo, desarrolló en el marco tokonoma todas esas reglas (...) [según las cuales] hay que poner las flores partiendo de la base de que alguien las verá desde el nivel del suelo. Si quitamos el arreglo ikebana de su nicho y lo colocamos en una mesa, o bien lo ponemos en un espacio abierto como el de un vestívulo de hotel, cambia por completo. Liberado del tokonoma, sobrepasa las limitaciones que antes lo domeñaban y se convierte en algo nuevo: arte moderno."
De El otro Kioto (Alpha Decay, 2019) de Alex Kerr y Kathy Arlyn Sokol, p. 169.
El otro día escuché en la radio a un cocinero vasco diferenciar con total naturalidad entre cocina vasca tradicional y cocina vasca de vanguardia. Me gusta esa disociación entre vasco y tradicional: la cocina vasca también puede ser postradicional (en el sentido de continuista, adaptativa) o incluso disruptiva (es decir, ajena a la tradición) y no por eso dejar de ser vasca.
Mucho que aprender.
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