martes, 21 de enero de 2020

"El Collugu" y "La Jaya" en Lamiña y Maoño, respectivamente



La primera es de Lamiña. En origen se escribió barrio pero alguien sobrescribió en negro la palabra calle. Por descontado, nadie en el pueblo dice "El Collugo", que no existe, sino El Collugu, que significa "collado pequeño".

La segunda es de Maoño, a un paso de Santander. Nunca fue calle, sino barrio. Sorprende que escribieran mal jaya, como si no se hubieran dado cuenta de lo que significaba, aunque, por otra parte, de haberlo sabido seguro que lo habrían escrito en castellano, "haya".

Y no es porque no haya calles, que las hay. Es porque también hay barrios. Lo hemos tratado en otras ocasiones. En Sopeña de Cabuérniga, por ejemplo, conviven El Duréu y la Calle del Carmen, y lo mismo pasa en otros pueblos montañeses.

2 comentarios:

  1. El asunto de denominar "calles" a cosas que no lo son es ya un mal inevitablemente extendido en Cantabria. No deja de ser otro ejemplo del rodillo que se hace pasar sobre las singularidades locales para adaptarlas al pensamiento urbano-capitalino. Desde Madrid, pongo por caso, no se concibe otra forma de organización del espacio que no sea en calles y avenidas, y se pretende adaptar a esa estructura mental las realidades ajenas (mal). Lo grave es que ese esquema mental haya trascendido a Cantabria e incluso a los Ayuntamientos más pequeños de Cantabria (peor). Para hacérselo mirar.

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  2. Denominar 'calles' a 'barrios', o 'barrios' a 'localidades', caso de Cueto, Monte, San Román y Peñacastillo en Santander...

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