viernes, 17 de julio de 2020

Fragmento de "Adiós, luz de veranos..." de Jorge Semprún y referencia a la iconoclastia obrera

"En abril de 1931, cuando, tras la derrota de los candidatos monárquicos a las elecciones municipales, Alfonso XIII abdicó y se proclamó la República, la multitud de los suburbios obreros - Vallecas, Cuatro Caminos, Carabanchel, Getafe - irrumpió alborozada en el centro de Madrid.

Los grupos de Vallecas atravesaron el parque del Retiro: era el camino más corto hacia la Puerta del Sol, en el corazón de la ciudad. (...)

Fue una marcha jubilosa. La gente se desplazaba en familia, mujeres e hijos mezclados con los entusiastas manifestantes. Se veían banderas ondeando sobre el gentío. Pero las mujeres llevaban también las tarteras y las cestas de bocadillos: iban a comer bajo las sombras centenarias del antiguo parque real del Retiro.

En el transcurso de aquella marcha popular, cuando la multitud de trabajadores, tras contornear la rosaleda, el parque zoológico y el estanque central, desembocó en la avenida de los reyes visigodos, la emprendió con las estatuas. Algunas fueron derribadas, otras mutiladas."

De Adiós, luz de veranos... (Tusquets, 1998) de Jorge Semprún, pp. 36-37.

El autor, intelectual de alta alcurnia, fue Ministro de Cultura con el PSOE. Esto explica muchas cosas; así, en el texto, sin entrar en la práctica política del PSOE de los ochenta, esa referencia a "los suburbios obreros" y lo de que las mujeres acompañaban con las tarteras a los "entusiastas manifestantes" (hombres).

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