Mi madre utiliza, y creo que no es la única, la forma adana para referirse a una mujer dejada, femenino de adán.
En Cabuérniga se utiliza sin ningún tipo de connotación, ni positiva ni negativa, la palabra jembru, construida a partir de jembra, para referirse al varón, al hombre.
Son dos palabras, adana y jembru, que permiten reflexionar sobre el feminismo desde posiciones cántabras, que no tienen por qué ser ni mejores ni peores que otras, ni castellanas ni otras, pero que es innegable que aportan un punto de vista inédito y potencialmente enriquecedor al debate.
Es una pena sentirse obligado a justificar la potencia del cántabro en éste como en cualquier otro tema, cuando la capacidad digamos dialéctica del cántabro tendría que darse por supuesta.
"Tú eres Terana" le decían los míos a una cría de apellido Terán que por aspecto tenía el "sellu" bien a la vista.
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