Íbamos por San Fernando y hay una estrechez en la que es necesario ralentizar el paso para no apelotarse y es entonces cuando le vimos con la mascarilla con la bandera republicana pero al revés y se lo dijimos, oye, que llevas la bandera mal, que no, él, que estaba bien, orgulloso, que era así y nosotros que sí, que muy bien, pero que estaba dada la vuelta: que no, caramba, que es así, él creyendo ya que se lo decíamos de mal rollo, así que le dejamos en paz con su bandera morada, amarilla y roja.
Que se la quede también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario