Arrastramos la madera hasta Turisquilos - la noche se ha abalanzado sobre nosotros y apenas le vemos señalar, no vemos dónde, tampoco los gestos con que se vale para hablar, recién operado de los pulmones, le falta uno y se fatiga mucho -. La llevamos luego a la serrería de Saja - la de Sopeña está en ruinas. Su casa dice que está abierta por arriba, que le falta el cielo raso.
Las nubes han aprovechado la caída de la noche para pasar desapercibidas. El viento que las ha traído hace que nos marchemos antes de que comience a llover.
Turisquilos: de tur, "prominencia" (fosilizado), e isquilos, "ardillas".
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