El Sol de los Muertos fue la primera novela de Manuel Llano, que publicó primero por entregas y luego en formato libro. Más que novela, entonces, folletón, lo cual no le resta valor. No conozco ejemplar que no sea segunda edición, por lo que he llegado a sospechar que para el autor la primera era la del periódico.
Es una novela heredera de la obra de Delfín Fernández y González, de Sopeña, Urbina (mies del mismo pueblo) para este autor del que Librucos acaba de rescatar Pos veréis (1899), del que me regalaron hace años la primera edición.
En su última época Manuel Llano se distanció del costumbrismo de Delfín, metiendo el pie en la conocida como literatura de avanzada, que no llegó a cuajar por culpa de la guerra. No cuajó ni la literatura de avanzada liderada por José Díaz Fernández ni la trayectoria literaria de Manuel Llano.
Acabo de comprar el libro perdido de Manuel Llano y último en vida, el que escribió de parte del fascismo, y todavía no sé cómo tomarlo. De lo que no hay duda es de que se trata de una bomba. Pero esto para otro día.
El caso es que nadie acaba de saber del todo qué cosa pueda ser ese "sol de los muertos". Hace algunos años se produjo un efecto raro en la luna, que parecía vista por un embudo. Yo estaba durmiendo precisamente en Cabuérniga, me desperté y lo vi. Fue muy comentado en el valle. Renacieron entonces distintas creencias relacionadas con la luz de la luna, sobre todo que se procuraba que no incidiera en el cuerpo.
La luna se reduce en vasco a la palabra ill, que viene a significar "la luz de los muertos", y no sé por qué "el sol de los muertos" nadie que yo sepa lo ha relacionado sencillamente con la luna. Así, "el sol de los muertos" sería la luna. Es probable que de antiguo hubiera una palabra prerromana hoy perdida (no en vasco, lo cual no quiere decir en absoluto que fuera la misma) de la que "el sol de los muertos" sería su traducción. Algo parecido me pasó por la cabeza en relación con el lar, aquí (punto 7).
Pobremita, calienta que sales.
ResponderEliminar