Los bocoyes eran para el almacenista de vino de Reinosa, que pagaba por el porte, desde La Mancha o La Rioja, una onza de oro. El tapón era para los porteadores, para tener dónde hace anadar la lengua de vez en cuando [...].
Para comida, durante el viaje, llevaban un saco de habas encalladas, ligeramente cocidas, alimento de lo más completo que cabe, y algo de pan del horno de casa [es probable que se tratara de habucos, más pequeños que las habas, pues éstas solían estar destinadas al ganado].
Cuando hacían la parada, soltaban los animales para que comieran y descansasen, y en una melena (cuero con forma que se pone entre la cabeza del animal y el yugo para que no le roce el testuz) echaban un puñado de habas y, con mucha parsimonia para que durasen, a punta de navaja, las iban pelando y trasegando. Así un mes entero que duraba el viaje.
Cuentan que recogían las boñigas de las vacas y, cuando paraban en algún pueblo, las cambiaban por paja para dar pienso a los animales, ya que ellos no llevaban más que un saco de yeros [de ahí quizá la abundancia de yeros en microtoponimia, palabra que en otras ocasiones he confundido con una deformación de lera] para alimento de las vacas. [...]
En unas cantimploras hechas de finos juncos (junclos dirán siempre los campurrianos) tan bien tejidos que, con un poco de pez en el interior, resultaban totalmente impermeable [...] transportaban un poco de agua para, de vez en cuando, quitar la sequera de la garganta, no para hartarse. [...]
El campano de las vacas era el vaso usado como medida de ración [de vino durante el viaje], eran zumbas [no parece que este autor reserve las zumbas para las yeguas, a diferencia de lo habitual en La Montaña] no medianos, pues en este caso para pocas pruebas hubiera [como se puede colegir, la zumba es menor que el mediano]."
De Recuerdos de mi tierra campurriana (Cantabria Tradicional, 2000) de Nicanor Gutiérrez Lozano, pp. 151-154.
Preparamos el otro día un plato de habas y le envié una foto a mi madre, que me respondió que eso ella sí que no, en referencia a las habas, un alimento que en Cabuérniga se considera poco apropiado para humanos.
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