Él estaba reposando la comida en el portal de su casa del Cantu La Cuesta de Luey. Nosotros buscando a quien nos pudiera decir si el maíz que estábamos viendo en un retal de tierra próximo era del país o no.
No supo decirnos.
Le preguntamos entonces por Peña Sagra, que si la veía desde su casa, y sí, y también El Cornón (sic), que nos lo situó utilizando como referencia las nubes, no las cimas de al lado. Aprovechó para decirnos que las lisas (sic) que estaban a la derecha del Cornón se habían desprendido.
Nos pareció que El Cornón era para él la parte izquierda de la cima, la que levanta un poco, no la cima entera.
Las lisas nos las definió como las capas de piedra superpuestas con mucha pendiente y que a veces, efectivamente, se corren y caen, desmoronándose.
Y esta palabra nos hace pensar si las muchas alisas que aparentemente encontramos en la toponimia no serán en realidad lisas, así L´Altu L´Alisa, que pasaría a ser L´Altu La Lisa.
Foto de L´Altu L´Alisa o L´Altu La Lisa:
Foto de La Montaña desde L´Altu L´Alisa o L´Altu La Lisa:
Foto de La Marina desde L´Altu L´Alisa o L´Altu La Lisa:
Foto de La Cambera Los Moros en su ascenso hacia L´Altu L´Alisa o L´Altu La Lisa, paso tradicional entre La Marina y La Montaña:
En este caso L´Altu La Lisa parece la mejor opción.
Apurando, L´Escudu donde está L´Altu La Lisa no es más que una sucesión de lisas.
Hay que revisar este tipo de topónimos a la luz de esta nueva palabra recogida en Luey.
"Los solitarios ocupantes de las lisas se levantaban a intervalos, escrutando los remolinos donde acababan de echar puñados de cebo amasado..." en la novela "El hombre de proa" (La Botella Errante, 1963), p. 22. El traductor defina las lisas como "botes chatos de fondo plano". El contexto es del de la pesca del bonito en el Cantábrico.
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